En los últimos años, entre los hombres ha habido una tendencia constante a dejarse crecer la barba. Es difícil decir con qué está conectado este modo de masa. Por un lado, este es el notorio "hipsterismo" y el deseo de lucir más valiente, y por otro lado, la oportunidad de ahorrar en productos de afeitado y no gastar minutos preciosos en la mañana en este procedimiento.
Y numerosas publicaciones en revistas de moda masculina afirman unánimemente que una barba hace que un hombre sea más atractivo a los ojos de las mujeres. Sin embargo, al leer tales artículos, quiero saber qué tipo de mujeres en cuestión.
Pero además de esta pregunta, surge otra. ¿Cómo afecta la barba a los niños y adolescentes? Los científicos dan la respuesta a esta pregunta. Un nuevo estudio sobre cómo reaccionan los niños ante los hombres que se han olvidado de las máquinas de afeitar ha arrojado resultados muy inesperados.
¿Dónde y por quién se realizó el estudio?
La cuestión de si a los niños les gusta la barba en la cara de sus padres, se interesó en especialistas de la Universidad de Queensland en Australia. El trabajo científico fue dirigido por Nicole Nelson.
Durante el estudio, se entrevistó a 470 niños y adolescentes, y los resultados de este trabajo inusual de los científicos se publicaron en la revista Evolution and Human Behavior.
¿Cómo trabajaron los científicos?
Por supuesto, a ninguno de los 470 niños que participaron en el estudio se les hizo una pregunta directa sobre si les gusta la barba en la cara de sus padres o no. A los niños se les ofreció un cuestionario original, ilustrado con fotografías neutrales.
Las preguntas se dividieron en los siguientes temas:
- fuerza
- masculinidad
- edad
- atractivo
- crianza
Las preguntas mismas fueron formuladas teniendo en cuenta la edad de los niños. Para los niños, sonaban simples, por ejemplo, así: "¿Quién se parece más a un padre y quién se parece más al tío de un extraño?" La redacción para los adolescentes era más complicada.
¿Qué dijeron los niños?
Los resultados del estudio no se pueden interpretar de dos maneras, sin importar cuánto deseen los oponentes del procedimiento diario de afeitado.
Todos los grupos de edad de los encuestados asociaron barbas exclusivamente con la manifestación de la fuerza. Ni los niños pequeños, ni los que ya celebraron su decimotercer cumpleaños, encontraron a las personas con barba atractivas o confiables.
En otras palabras, si un hombre prefiere usar barba, es poco probable que tenga una relación cercana y de confianza con el niño. Sin embargo, los niños tendrán miedo de él y obedecerán implícitamente, porque en la barba ven una manifestación de fuerza y masculinidad.
De este estudio, solo se puede sacar una conclusión: a los niños "no les gusta" la barba. Por lo tanto, si un hombre quiere que el niño no solo lo obedezca, sino que también lo ame, debe afeitarse.